Visitas imprescindibles en Sóller
Visitando lo más representativo de Sóller
Banco, iglesia, estación de ferrocarril
El conjunto histórico de Sóller, situado en el corazón del pueblo, reúne tres edificios emblemáticos que reflejan su riqueza cultural y el pasado próspero. La iglesia de Sant Bartomeu, de origen medieval, destaca por la imponente fachada modernista añadida a principios del siglo XX, combinando elementos góticos con detalles ornamentales únicos.
A pocos metros, el Banco de Sóller, también de estilo modernista, fue construido en 1889 durante el auge económico del valle, impulsado por la emigración y el comercio con Francia. La fachada sobria pero elegante simboliza la importancia financiera que tuvo el pueblo.
Detrás de la plaza, la antigua estación de ferrocarril, con su aire señorial, marca la llegada del tren desde Palma desde 1912. Hoy, además de funcionar como estación, existen exposiciones temporales y una sala dedicada a Miró y Picasso.
Juntos estos edificios forman un núcleo histórico de gran valor arquitectónico, testimonio del esplendor de Sóller entre los siglos XIX y XX.
Sóller, Can Prunera, Ciencias Naturales, Jardín Botánico, Museo del Mar
Sóller cuenta con varios museos que reflejan su historia, cultura, arte y entorno natural. El Museo de Sóller, ubicado en una antigua casa señorial, ofrece una colección etnográfica que muestra cómo era la vida tradicional en el valle, con objetos antiguos, mobiliario y documentos históricos.
Can Prunera – Museo Modernista es una de las casas más emblemáticas del pueblo. Su arquitectura modernista se conserva en perfecto estado y alberga una interesante colección de arte contemporáneo y obras de artistas como Miró, Picasso o Matisse, junto con muebles originales de principios del siglo XX.
El Museo de Ciencias Naturales, situado en una finca histórica en las afueras del pueblo, está dedicado a la geología, botánica y fauna de la Serra de Tramuntana y otras islas mediterráneas. En el exterior de la casa está el Jardín Botánico de Sóller, un espacio al aire libre en el que se conservan especies vegetales autóctonas de Baleares, así como de otras regiones insulares del mundo, con un enfoque en la conservación.
En el Puerto de Sóller, el Museo del Mar se ubica en la antigua capilla de Santa Catalina y repasa la tradición marinera del valle, con exposiciones sobre pesca, comercio marítimo y la estrecha relación del pueblo con el Mediterráneo.
Estos espacios ofrecen una experiencia cultural completa y variada, ideal para complementar cualquier visita a Sóller.
Biniaraix es una pequeña y encantadora aldea situada en el valle de Sóller, al pie de la Serra de Tramuntana. De origen árabe, conserva una estructura tradicional con calles adoquinadas, casas de piedra y una atmósfera tranquila que parece parada en el tiempo.
Es un punto de partida de una antigua ruta de piedra seca que conduce hasta el barranco de Biniaraix, declarado Bien de Interés Cultural. Esta ruta es ideal para senderistas y amantes de la naturaleza, con vistas espectaculares al valle, bancales cultivados y antiguos sistemas de canalización de agua.
Además de caminar, en Biniaraix podrá disfrutar del entorno rural, de su arquitectura tradicional mallorquina y del silencio que lo hace perfecto para una visita pausada.
El Puerto de Sóller se encuentra a unos cuatro kilómetros de Sóller, y es el puerto natural más grande de la costa norte de Mallorca, abrazado por las montañas de la Serra de Tramuntana. Antiguo refugio de pescadores y punto clave para el comercio marítimo, todavía conserva su esencia marinera, con un ambiente tranquilo y auténtico.
Si lo visita, lo mejor es recorrer el paseo marítimo deteniéndose por los pequeños comercios, disfrutar de la playa y sentarse en una terraza a degustar la comida local, especialmente pescado fresco capturado en su costa.
En la parte derecha del Puerto de Sóller, finalizando el paseo marítimo, encontramos el Barrio de Santa Catalina, antigua aldea de pescadores con el aspecto típico de una población marinera, con casitas pequeñas situadas en calles empedradas muy empinadas, y donde en lo alto se encuentra el antiguo Oratorio de Santa Catalina (s. XIII), actualmente historia marinera del puerto.
Ya sea para descansar, andar hasta los miradores y faros que ofrecen vistas espectaculares de la costa o descubrir la vida local, el puerto invita a disfrutar sin prisas de la belleza del Mediterráneo.