El cementerio de Son Sang de Sóller es en cierto modo como un jardín, lleno de plantas y flores, con estatuas elaboradas por artistas reconocidos y con un gran valor plástico.
Constituye un auténtico museo de escultura funeraria de estilo modernista con un importante repertorio simbólico. Se bendijeron los terrenos en 1814 pero no se utilizó de forma sistemática hasta el 1841. Situado sobre una colina, desde donde se puede contemplar una vista privilegiada de Sóller, es considerado como uno de los cementerios más bonitos y enigmáticos de Mallorca. Es un lugar que inspira mucho romanticismo y recuerda al típico bello cementerio europeo por donde la gente transita por sus pasillos y camina entre las tumbas.
Dentro del recinto encontramos un repertorio considerable de tumbas, panteones y monumentos funerarios, de diversas tipologías, entre las que podemos destacar conjuntos de estilo modernista con detalles florales, símbolos y figuras enigmáticas que dan un aire de misterio a todo el conjunto funerario. La estética modernista del cementerio refleja la idea de arte total en la que los artistas modernistas aspiraban.
Las inscripciones de las sepulturas en catalán, castellano y francés son testigo de los movimientos migratorios que vivió la localidad desde finales del siglo XIX, además el deseo de los sollerenses de volver a la tierra donde nacieron por su descanso eterno.
El núcleo original del cementerio sufrió tres ampliaciones en 1894, en 1913 y 1989 respectivamente, claramente identificables en los diferentes niveles en que se distribuye el cementerio.
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